martes, 23 de agosto de 2011

Educación sexual, ¿para qué?

Es probable que algunas personas puedan decir: ¡Caray.. más cosas sobre sexo! ¿Que es suficientes?. En efecto, no le faltará razón, ya que en los últimos años hemos visto como una oleada de libros, revistas y materiales informativos, diversos y variados sobre las cuestiones sexuales. Sin embargo hay pocas aportaciones mínimamente serias y rigurosas dentro de ese seudo mundo informativo, que en muchos casos, no han hecho más que aumentar la confusión y, en otras personas, potenciar la angustia que ha producido la ignorancia sexual durante décadas.

Se ha pensado que hay un gran hueco por cubrir dentro de la educación sexual. Si se nos apura, habría que decir que en nuestro país está casi todo por hacer.

La propuesta de nuestra aportación es un cambio de actitud. Una invitación a la reflexión y a la toma de decisiones y esta solo sera viable siempre y cuando tengamos los medios informativos adecuados para ello, Buscando información lo más veraz y confiable con nuestros padres y los educadores.

¿Es necesaria la educación sexual?

Si fuéramos por la calle, micrófono en mano, preguntando a las personas que piensan acerca de la educación sexual, seguramente nos llevaríamos algunas sorpresas al analizar las repuestas.

Tal vez la primera sorpresa sería, que la mayoría de estas personas nos contestaría que la educación sexual es muy importante y necesaria. La segunda sorpresa podría ser, que una gran parte de ellas nos dirían que no suelen hablar con sus hijos/as de cuestiones sexuales de la misma manera con que hablan de otros temas.

La tercera sorpresa es que nos justificarían esta situación con argumentos del tipo: "No se como hacerlo", "No estoy preparado/a", "Me da una vergüenza horrorosa", "Me pongo nervioso/a" " No quiere hablar conmigo"... y otras similares.

La cuarta sorpresa, por señalar otra más, podría ser que la gran mayoría nos afirma rotundamente: "No obstante no quiero que mis hijos/as sean educados como yo lo fui" o "No queremos que a ellos/as les pase lo que a nosotros nos pasó".

¿Cómo podemos entender estas contradicciones y ambigüedades?. La respuesta es sumamente difícil y compleja pero, a nuestro juicio, esas sorpresas son una realidad perfectamente constatable.

Para empezar hemos de partir de algo que todos sabemos: la sexualidad, el sexo, las cuestiones sexuales, han tenido un inadecuado tratamiento y escasa atención a lo largo de la historia. Esto del sexo, no ha estado muy bien visto en la historia reciente. Baste recordar la historia personal de cada uno para darnos cuenta de que las cosas no fueron muy satisfactorias.

Afortunadamente desde hace algunos años se están observando cambios importantes en este terreno. El arraigo de la Sexología como ciencia del hecho sexual humano, está dado paso a enfoques y trabajos profesionales y rigurosos, dejando a un lado miedos infundados. Es una perspectiva más humana y real. Bien es verdad que el proceso está costando lo suyo, pero cada vez más se observan modificaciones. Lógicamente cuesta cambiar actitudes y creencias, métodos y criterios educativos. Hábitos mantenidos e impuestos durante siglos.

La sexualidad es entendida como una dimensión global que afecta por entero a la totalidad de la persona. La sexualidad existe desde el nacimiento y está implicada activamente en el desarrollo, evolución, equilibrio emocional de la persona y en su estabilidad afectiva. En las relaciones interpersonales, en las parejas y matrimonios tiene una gran importancia. Por tanto separar la sexualidad del resto de la personalidad, supone escindir a la persona de su realidad concreta y vivencial.

Hasta hace pocos años la sexualidad era abordada únicamente como algo que servía para reproducir la especie, sobre todo en las mujeres. Los hombre podrían tener una consideración distinta, así como una conducta de mayor permisividad Esta doble moral es uno de los resultados de la educación sexual realizada durante siglos.

Sin embargo en la actualidad una nueva concepción de la educación sexual y afectiva va extendiéndose poco a poco hacia una mayor normalidad. Las graves consecuencias que comporta una mala información sexual y las actitudes sexonegativas, por ejemplo en el caso del sida, están haciendo que ese proceso se acelere. En otros países ese proceso ya se ha dado, de tal manera que, más que de prevención, ya se comienza a hablar de promoción de la salud sexual.

El sida es un problema de salud mundial que afecta enormemente a la población adolescente. En este momento, la muerte por sida, es una de las más importantes causas de muerte en población juvenil. Seguramente ha habido acontecimientos impactantes - tal vez el caso Magic Jonhson o el de Freddy Mercury, puedan ser buenos ejemplos - que han podido contribuir a que el sida adquiera ese carácter relevante que en los primeros años no se le daba.

La educación sexual, además de prevenir diversos problemas puede ser una forma útil y eficaz de promover una mejor salud y de mayor calidad. En nuestro país, muchos colectivos de enseñantes y sanitarios todavía siguen discutiendo y polemizando acerca de la conveniencia o no de la educación sexual. Nosotros estamos convencidos de que dirimir esa cuestión a estas alturas es una tarea condenada al fracaso.

¿Por qué es necesaria una educación sexual?

En primer lugar hemos de considerar los cambios acontecidos en todos los órdenes en la sociedad que, además de generar nuevas necesidades ( por ejemplo el caso del sida o del embarazo no deseado en jóvenes), han puesto de relieve la necesidad de nuevos modelos de intervención. Nuevas necesidades que es preciso abordarlas con nuevos métodos de trabajo serios y rigurosos.

En segundo lugar diferentes investigaciones ofrecen datos de la realidad que muestran claramente las consecuencias de una inadecuada educación sexual y afectiva: problemas de relación, disfunciones sexuales en la pareja, desajustes personales....

En tercer lugar habría que citar los avances científicos que han modificado los tradicionales conceptos de salud. La salud ya no es solo ausencia de dolor y enfermedad, sino que hay un enfoque más amplio y global que incluye la dimensión sexual y afectiva. Ya se habla de salud sexual por ejemplo.

Sabemos perfectamente que el silencio, la evasión, la vergüenza, el demorar las respuestas...etc., son formas negativas de educar. En definitiva, preferimos que cada cual aprenda como pueda, en la calle, en la pandilla a través de los chistes verdes o los vídeos pornográficos, en relación la casualidad o bien de una manera más planificada y seria a partir del centro escolar y en colaboración con la familia. Creemos que hay suficientes pruebas como para dejar de discutir sobre la necesidad de la educación sexual y comenzar a dar respuestas a las principales necesidades que tienen los educadores, los padres y los alumnos/as. La evidencias actuales obligan a todos especialmente a padres y educadores a no eludir esta problemática.

El futuro sexual de sus hijos/as y educandos puede estar mediatizado por los criterios educativos por los que en este momento se oriente su educación. Nadie duda de que la educación sexual es una parte de la educación general del niño y de la niña. Una de las propuestas de este programa de educación sexual y afectiva es la necesidad de dar recursos a los jóvenes para que sepan afrontar con éxito su sexualidad y sus relaciones de pareja en un mundo cambiante y crecientemente permisivo. Recursos también para que, si esa es su decisión, accedan a las relaciones sexuales de manera satisfactoria, positiva y sin riesgos. Es hora pues de afrontar, en nuestra modesta opinión, las legítimas responsabilidades. Porque si los padres y los educadores no lo hacen, ya lo hemos dicho, otros lo harán en su lugar (revistas, películas, comentarios morbosos, chistes... etc.)

¿Sirve la educación sexual? ¿Se debería enseñar en las escuelas?

La pregunta ya no es si se debe enseñar educación sexual, es mas bien, como se debe hacer.

Actualmente mas del 93% de todas las escuelas públicas ofrecen cursos sobre la sexualidad o el VIH. (1) Mas de 510 escuelas secundarias trabajan en coordinación con las clínicas de salud, y en mas de 300 escuelas se hacen disponibles los condones. La pregunta ahora es si estos programas son realmente eficaces, y si no lo son, como podremos mejorarlos? ¿ Porque necesitan los jóvenes educación sexual? Los jóvenes necesitan información correcta para ayudarles a protegerse a si mismos. Los Estados Unidos tienen mas del doble de las tasas de embarazo que cualquier otro país industrializado del extremo Oeste, mas de un millón de jóvenes quedan embarazadas cada año.

Los jóvenes tienen las mas altas tasas de enfermedades transmitidas sexualmente (ETS) que cualquier otro grupo de otras edades, uno de cada cuatro contraen alguna ETS antes de los 21. Las ETS, incluyendo al VIH, pueden dañar tanto la salud como la habilidad reproductiva de un(a) joven. Todavía no hay cura para el SIDA. La infección del VIH se está incrementando mas rápidamente entre la gente joven. Una de cada cuatro nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre la gente joven menor de 22 años. En 1994, 417 casos nuevos de SIDA fueron diagnosticados entre jóvenes de 13 a 19 años, y 2,684 nuevos casos de SIDA entre los de 20 a 24 años de edad. Debido a que la infección pudo haber ocurrido hasta 10 años antes de ser diagnosticada como SIDA esto significa que la mayoría de estas personas se infectaron con el VIH ya sea en la adolescencia o en la pre-adolescencia.

¿En qué ha fallado la educación sexual?

El conocimiento por si solo no es suficiente para poder cambiar la conducta. (6) Los programas que principalmente se basan en brindar información sobre preceptos morales y sexuales-como funciona el sistema sexual del cuerpo, que es lo que los jóvenes deben y no deben hacer- han fallado. Sin embargo, los programas cuyo enfoque principal es ayudar a los jóvenes a cambiar su conducta-usando la dramatización, los juegos, y los ejercicios que refuercen su habilidad al socializar- han mostrado señales de efectividad.

En los EEUU, la controversia sobre el mensaje que se le debe dar a los niños ha limitado los programas de educación sexual en las escuelas. Muy a menudo frases de valor moral como (mis hijos no deben tener relaciones sexuales fuera del matrimonio) se mezclan con frases contradictorias de hechos mal interpretados (de todas formas, la educación sexual no funciona). Acaso deberíamos hacer todo lo posible por suprimir la conducta sexual de los jóvenes o acaso deberíamos reconocer que muchos jóvenes son sexualmente activos para así prepararlos a enfrentar las consecuencias negativas?

Los argumentos dictados por la emoción pueden representar un obstáculo para lograr evaluar los efectos de la educación sexual. Otros países han logrado mucho mas que los EEUU al afrontar el problema del embarazo en la juventud.

La edad en que se tiene la primer relación sexual es similar tanto en los EEUU como en otros cinco países: Canadá, Inglaterra, Francia, los países bajos y Suecia, sin embargo en estos países las tasas de embarazo entre los jóvenes es, por lo menos, la mitad de las tasas de los EEUU.

La educación sexual en estos países se basa en los siguientes elementos: una política que favorece explícitamente a la educación sexual, una apertura hacia el sexo; mensajes consitentes a la sociedad; y el acceso a los anticonceptivos. Muy a menudo el curriculum de educación sexual empieza en la secundaria, una vez que muchos de los estudiantes han comenzado a experimentar la sexualidad. Los estudios han demostrado que cuando se empieza la educación sexual antes de que los jóvenes se vuelvan sexualmente activos ayuda los jóvenes a mantener la abstinencia y a que se protejan en caso de que se vuelvan sexualmente activos. Entre mas pronto se empiece con la educación sexual mejor, quizás sería bueno comenzar desde la primaria.

¿ Cuales programas funcionan mejor? Reduciendo el Riesgo o "Reducing the Risk", es un programa para estudiantes de secundaria en áreas rurales y urbanas de California para reducir las relaciones sexuales sin protección, ya sea ayudando a que los jóvenes eviten tener sexo o que se protejan al hacerlo. Los grados noveno y décimos participaron en actividades experimentales para ayudarles a formar ciertas habilidades y a ser auto-eficaces. Se obtuvo como resultado que una gran proporción de los estudiantes que practicaban la abstinencia antes del programa, lograron mantenerse abstemios y las relaciones sexuales sin protección se redujeron entre aquellos estudiantes que se volvieron sexualmente activos.

Atrasando la Actividad Sexual o "Postponing Sexual Involvement", un programa para Afro-Americanos del octavo grado en Atlanta, GA, utilizó a otros estudiantes o "peers" (del 11 y 12avo grados) para ayudar a los jóvenes a entender como la sociedad y sus mismos compañeros los empujan a tener sexo, tambien se les ayuda a crear y a aplicar la habilidad de resistirse a tener relaciones sexuales.

El programa les enseñó sobre la sexualidad humana, y anticonceptivos. Este programa redujo la cantidad de estudiantes que se habían mantenido abstemios antes del programa e iniciaban la actividad sexual durante el mismo y aumentó el uso de los anticonceptivos entre las mujeres que tenían experiencias sexuales. (12) Prevención del SIDA a Adolescentes de las Escuelas o "AIDS Prevention for Adolescents in School", un programa en Nueva York, NY, tambien aumentó el uso del condón después de dicho programa. Adolescentes Saludables de Oakland o "Healthy Oakland Teens" otro programa dirigido a estudiantes del séptimo grado en Oakland, CA.

Los educadores les enseñan educación básica sobre sexo y drogas, y los "peers" del noveno grado son los que están a cargo de la parte interactiva de los ejercicios que se pratican sobre valores individuales, la toma de decisiones, la comunicación y las habilidades sobre el uso del condón. Después de un año, los estudiantes que participaron en el programa estaban menos dispuestos a iniciar actividades sexuales tales como besos apasionados, manosearse los genitales, y las relaciones sexuales.

Tomado de TNRelaciones, una página que al parecer se edita en Los Estados Unidos.

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