martes, 12 de julio de 2011

Hombres y mujeres, ¿Diferentes formas de amar?

Las mujeres queremos: afecto, ternura, mimos, comprensión, sentirnos escuchadas, expresiones verbales de amor, sorpresas y detalles.

Los hombres quieren: sentirse valorados y triunfadores en todos los aspectos de la vida, relaciones sexuales frecuentes (y, la mayoría, ser el mejor amante), reafirmación de su autoestima, sentirse importantes para su pareja porque valora sus esfuerzos por complacerla...

Las mujeres quieren sentirse valoradas y apreciadas mientras los hombres quieren ser útiles. Es su forma de expresar amor y de sentirse amados.

En el pico del alejamiento o de la mutua incomprensión, ambos sienten que dan más de lo que reciben.
Si la mujer no valora lo que él hace por ella y le señala lo que no ha hecho o si critica todo lo que hace, él se sentirá perdido. Si él no alaba su aspecto nunca ni reconoce sus méritos o lo que hace por él, ella se sentirá perdida.

Si él está pendiente de ti, si os veis siempre que podéis ¿Por qué estropearlo con una conversación sobre a dónde va la relación de pareja? Demasiadas palabras estropean el momento.
Si os lo pasáis fenomenal juntos, ¿por qué hablar del futuro? El futuro se construye y se difruta en el presente. Vivamos el momento y no lo empañemos por intentar vivir los hechos que vendrán. “Cuando él me diga que me quiere”, “cuando vivamos juntos”, “cuando compremos el piso” son frases que nos apartan de nuestro presente, que es lo único verdadero.

Una sorpresa o un detalle inesperado, una reserva para una cena romántica, un “te quiero” en un momento clave, un abrazo –sin consejos ni preguntas- en un momento de desaliento, una actitud de escucha paciente… Son expresiones de amor que ella valorará.
También es conveniente poner límite al papel de “tengo razón, sé exactamente qué tienes que hacer” o “no hables más, yo lo arreglo”.
Escuchad… Y cuando tengáis la tentación de dar un consejo porque ella está abatida, abrazadla.

La mayoría de parejas se alejan o “fracasan” porque sus dos componentes esperan que el otro cubra todas sus necesidades.
A no ser que seamos una pareja "tipo lapa" que lo hacen todo juntos, podemos tener amigas para conversar de nuestros sentimientos y anhelos más profundos, amigos para ir al fútbol, amigos o amigas para ir al cine o ir de compras…
No es necesario compartirlo todo. Si tenéis aficiones dispares y contrapuestas, cada uno puede disfrutarlas con sus amigos sin perturbar al otro.

Los hombres necesitan a veces retirarse en silencio para enfrentarse a sus problemas, las mujeres necesitamos hablar de ellos.
El punto medio es darle a él un tiempo para aislarse pero pactar que más tarde conversáreis.
Si él se retira o no quiere hablar, no significa que ya no nos ame. Si ella expresa que se siente mal y él se aleja para darle espacio o minimiza sus sentimientos o la interrumpe continuamente para decirle que no tiene razones para sentirse así, ella se siente perdida. Y poco amada.

El enamoramiento y el amor romántico son hiperbólicos, compulsivos y nos llenan de gozo y angustia.
Cuando las mujeres no obtenemos todo lo que deseamos, tendemos a dar más para que nos sea retribuido con creces. Nos sacrificamos mientras esperamos, en silencio (a veces creemos que ellos pueden adivinar nuestro pensamiento), que él se dé cuenta y nos aprecie.
Debemos aprender a poner límites y a expresar lo que queremos sin pensar que nos van a rechazar. El fin del mundo (o de una relación de pareja) no se construye en un día o en un instante.

Tomado de Cosmopolitan España.

Nota de Liú: A esto solo le agregaría que la armonía de una relación se construye con el día a día, con la buena disposición, la decisión de tener confianza en la pareja, el buen humor, la comunicación, el respeto, el esfuerzo mutuo por la prosperidad de la familia, los ratos de ocio en común y el sexo deshinibido y frecuente.

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